Buenos Aires. Con apenas 25 años, Tomás Mazza dejó de ser solo una figura del fitness en redes sociales para convertirse en uno de los protagonistas más comentados del mayor espectáculo de boxeo amateur del mundo digital: La Velada del Año 5, organizada por el streamer español Ibai Llanos. Aunque no se llevó la victoria, su participación frente a millones de espectadores marcó un nuevo capítulo en la internacionalización de los creadores argentinos.
Criado en Buenos Aires y con más de dos millones de seguidores en Instagram, Mazza es conocido por sus rutinas de entrenamiento, sus consejos de salud y por representar una forma disciplinada y rigurosa de vida saludable. Sin embargo, desde hace un tiempo, también comenzó a construir un perfil más competitivo: primero en el evento argentino “Párense de Manos 2”, donde venció a Robleis, y ahora en el escenario más grande del entretenimiento en vivo por streaming.
El salto internacional y un rival de peso
El evento se realizó en Sevilla y reunió a streamers, artistas y figuras del deporte en un espectáculo que batió récords de audiencia. Mazza fue el único representante sudamericano en la cartelera principal y se enfrentó a Viruzz, un veterano del evento, con experiencia en cuatro ediciones anteriores.
Desde el inicio, el argentino mostró una actitud ofensiva y una notable preparación física, pero el español, más técnico y con mejor control del ritmo del combate, logró imponerse en una decisión unánime que generó controversia en redes. Aunque la victoria fue para Viruzz, la pelea fue catalogada por medios especializados como una de las mejores en la historia del evento.
Una lesión oculta que marcó el desafío
Lo que no muchos sabían antes del combate es que Mazza llegó al evento con una lesión severa: un desprendimiento del tendón del bíceps izquierdo, sufrido durante un entrenamiento a principios de abril. Contra el consejo médico, decidió no operarse para no perder la oportunidad de pelear en la Velada. Durante semanas entrenó con el brazo parcialmente inmovilizado, mientras ocultaba la lesión a su entorno y seguidores.
“Podría haberme bajado, pero sentí que era una oportunidad única. Preferí adaptarme, ajustar el entrenamiento y llegar como fuera”, confesó Mazza en un video posterior al evento. La decisión, si bien arriesgada, fue leída por muchos como un reflejo de la ética de trabajo que lo caracteriza.
ChatGPT como «psicólogo» nocturno
En una declaración que llamó la atención incluso fuera del mundo del boxeo y las redes, Mazza contó que durante su preparación mental reemplazó a su psicólogo por sesiones de conversación con ChatGPT. “Le hablo antes de dormir, como si fuera un amigo. A veces me miente, pero me ayuda a organizar mis pensamientos”, admitió, provocando tanto curiosidad como debate entre profesionales de la salud y su comunidad de seguidores.
Reacciones y balance
Tras el combate, Mazza fue tendencia en redes sociales argentinas y recibió el respaldo de figuras del streaming, el deporte y sus fanáticos. Muchos destacaron su valentía por pelear lesionado, su capacidad de adaptación y el esfuerzo por representar a la Argentina en un evento dominado por creadores europeos.
Aunque no logró vencer en el ring, su figura salió fortalecida. Y su mensaje fue claro: “No se trata solo de ganar o perder. Es demostrar que con disciplina, cualquier argentino puede estar en la cima del mundo”.
Una carrera que no para de crecer
La exposición lograda en La Velada podría impulsar aún más su carrera internacional. Ya recibió propuestas para participar en nuevas ediciones, desafíos de marcas deportivas y propuestas de entrenamiento en el exterior. En paralelo, Mazza planea seguir produciendo contenido, pero también quiere escribir un libro sobre su filosofía de vida y abrir un gimnasio en Buenos Aires.
“Mi objetivo siempre fue inspirar. Si logré que alguien más se levante temprano, coma mejor o empiece a entrenar, entonces todo esto ya valió la pena”, dijo al regresar al país.
Tomás Mazza dejó el ring sin la victoria oficial, pero con el reconocimiento de millones. En una industria dominada por el entretenimiento rápido, logró imponer su propio ritmo: el de la constancia, el sacrificio y la convicción de que, aún desde el sur del mundo, se puede pelear por todo.