Buenos Aires— En un gesto que fue recibido con cautela pero entusiasmo en los círculos financieros, la agencia calificadora Moody’s elevó este lunes la nota de la deuda soberana de Argentina, pasándola de Caa3 a Caa1. Aunque la nueva calificación aún se encuentra dentro del terreno especulativo, el ajuste refleja una mejora sustancial en la percepción del riesgo país tras los últimos movimientos económicos del gobierno.
Según el comunicado oficial de Moody’s, la decisión responde a “una reducción en los desequilibrios fiscales y una menor dependencia del financiamiento monetario”, factores que han contribuido a una estabilización relativa del escenario macroeconómico argentino, en particular en lo que respecta al tipo de cambio y la inflación.
La noticia generó reacciones positivas en los mercados. El riesgo país descendió levemente en la jornada, mientras que los bonos soberanos en dólares registraron subas moderadas. En la city porteña, operadores hablaron de una “señal alentadora, aunque aún insuficiente”.
“Esta mejora es más simbólica que determinante, pero marca un giro en la narrativa internacional sobre la economía argentina”, explicó el economista Martín Serra, de la consultora FinSol. “Ahora el desafío es sostener esta tendencia con medidas concretas y sostenibles”.
Desde el Ministerio de Economía, celebraron el anuncio como un “reconocimiento al esfuerzo fiscal” y aseguraron que se continuará trabajando para “recuperar la confianza global en el país”.
A pesar del avance, Argentina todavía se encuentra lejos del grado de inversión. La calificación Caa1 sigue implicando un alto nivel de riesgo para los acreedores, y Moody’s advirtió que futuras mejoras dependerán del cumplimiento sostenido de metas fiscales, la contención de la inflación y el avance de reformas estructurales.
En medio de un contexto de tensiones sociales y desafíos internos, el guiño de Moody’s representa un pequeño alivio para la gestión económica nacional y una oportunidad para reposicionarse frente a los inversores internacionales. Ahora, todos los ojos estarán puestos en si el gobierno logra traducir esta mejora simbólica en una recuperación real y duradera.