Buenos Aires, 1° de agosto de 2025 — A pesar del endurecimiento de la política monetaria y el aumento de las tasas de interés en pesos, la tensión cambiaria no cede en Argentina. El dólar continúa mostrando presión alcista, mientras el mercado observa con cautela el comportamiento de los inversores, la liquidez en circulación y la proximidad de las elecciones legislativas.
Un mercado que no responde
El tipo de cambio oficial cerró la jornada en torno a los $1.364, mientras que el dólar informal se ubicó apenas por debajo, en $1.335. El Banco Central mantiene una política restrictiva, con tasas de cauciones en el rango del 28 al 33 %, y rendimientos mensuales en letras del Tesoro cercanos al 4 %. Sin embargo, los niveles de dolarización se mantienen elevados.
El reciente vencimiento de deuda en moneda local, con licitaciones que absorbieron casi $2,8 billones (equivalentes a unos USD 2.000 millones), volvió a inyectar liquidez al sistema. Ese excedente monetario alimenta una demanda renovada por dólares en todas sus variantes.
Factores que presionan al dólar
A la incertidumbre económica se le suma el riesgo político. Las elecciones legislativas de octubre generan desconfianza en los mercados, que buscan cubrirse en moneda dura. Al mismo tiempo, el ingreso de divisas por exportaciones agrícolas comienza a desacelerarse tras el pico de cosecha, lo que limita la capacidad del BCRA para reforzar reservas.
Si bien el Fondo Monetario Internacional autorizó esta semana un nuevo desembolso de USD 2.000 millones, el alivio parece momentáneo frente a los desequilibrios estructurales del país y el bajo nivel de reservas netas.
Expectativas a futuro
En los mercados de futuros (ROFEX), el dólar proyectado para diciembre ya supera los $1.500, lo que revela que las expectativas de devaluación siguen latentes. Economistas coinciden en que mientras persista la incertidumbre política y fiscal, y no se reduzca de forma sostenida la emisión monetaria, el peso seguirá bajo presión.
En síntesis
El endurecimiento monetario no ha logrado frenar la tensión cambiaria. Con tasas reales positivas pero una economía aún inestable, los dólares siguen siendo el refugio de empresas, ahorristas e inversores. El desafío para el Gobierno será sostener esta política sin frenar aún más la actividad económica, mientras navega un segundo semestre cargado de desafíos electorales y financieros.