Buenos Aires, 29 de agosto de 2025. — El presidente Javier Milei enfrenta un nuevo frente de críticas tras anunciar que vetará la ley aprobada por el Congreso que asignaba recursos extraordinarios al sistema de hospitales públicos. La decisión, enmarcada en su política de ajuste fiscal, ha desatado un debate sobre el financiamiento de la salud y ya se refleja en un retroceso en su nivel de aprobación ciudadana.
La medida, confirmada esta semana por la Casa Rosada, bloquea una partida presupuestaria que había sido respaldada por una amplia mayoría legislativa, incluyendo sectores de la oposición y aliados circunstanciales. El oficialismo argumenta que el gasto adicional “pondría en riesgo el equilibrio fiscal” y que corresponde a las provincias gestionar de manera más eficiente sus sistemas sanitarios.
Sin embargo, médicos, sindicatos de la salud y asociaciones de pacientes advirtieron que la decisión podría agravar la crisis hospitalaria que atraviesa el país, caracterizada por falta de insumos, demoras en cirugías y servicios saturados. En varios hospitales de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense ya se registraron protestas de profesionales reclamando mayor presupuesto.
De acuerdo con recientes sondeos de opinión, la postura de Milei habría impactado en su popularidad, que muestra una caída en la percepción positiva de su gestión a menos de dos meses de las elecciones legislativas del 26 de octubre. Analistas políticos señalan que, si bien el presidente mantiene un núcleo duro de apoyo, la medida podría restarle respaldo en sectores moderados que habían acompañado su discurso de “orden económico” pero esperaban mayor sensibilidad en áreas críticas como salud y educación.
El oficialismo, en tanto, apuesta a que la defensa del equilibrio de las cuentas públicas se convierta en bandera de campaña. “La disciplina fiscal no se negocia”, insistieron voceros del Gobierno, que además buscan instalar la idea de que la medida responde a la necesidad de evitar un “gasto electoralista” impulsado por la oposición.
El desenlace de esta pulseada podría marcar un punto de inflexión en la relación entre Milei y la ciudadanía, y será clave en la recta final hacia los comicios de octubre.