Buenos Aires, – En medio de la creciente presión cambiaria y la volatilidad de los mercados financieros, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró este jueves que el Gobierno defenderá “hasta el último dólar” el esquema de bandas cambiarias vigente desde principios de año.
“Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda. No nos vamos a mover del programa económico porque la situación macro es sólida y hay suficientes dólares para todos”, afirmó el funcionario en una entrevista con el canal Carajo, donde buscó transmitir calma tras varios días de tensión en la plaza cambiaria.
La declaración se produjo luego de que el Banco Central interviniera en la jornada con ventas por más de 50 millones de dólares para contener la cotización del tipo de cambio mayorista, que alcanzó el límite superior de la banda cambiaria (ARS 1.474,83 por dólar).
Caputo vinculó la presión sobre el dólar y la caída de los activos financieros a factores políticos: “Esto no es un ataque económico, es un ataque político. Pero la gente debe tener tranquilidad: no habrá cambios en el rumbo ni en el compromiso con el equilibrio fiscal”.
Contexto de tensión
La advertencia del ministro llega en un momento delicado para la economía argentina.
- El mercado bursátil acumula fuertes pérdidas y ya es uno de los de peor desempeño global en 2025.
- El riesgo país volvió a ubicarse por encima de los 1.400 puntos básicos.
- Las reservas internacionales del Banco Central se mantienen por debajo de los US$ 40.000 millones, lo que limita el margen de maniobra en un escenario de mayor demanda de divisas.
En paralelo, el Gobierno presentó en el Congreso el proyecto de Presupuesto 2026, que prevé un crecimiento del 5 % y una inflación cercana al 10 %, junto con un superávit fiscal primario de 1,5 % del PBI.
Reacciones del mercado
Analistas consultados señalan que la promesa de “vender hasta el último dólar” busca enviar un mensaje contundente de disciplina y firmeza, pero advierten que el costo puede ser alto si la presión cambiaria se prolonga. “La frase apunta a reforzar la credibilidad del esquema, pero en la práctica depende de la capacidad de sostener las reservas y del respaldo político para aplicar las medidas necesarias”, explicó un operador cambiario.
Por ahora, el Gobierno apuesta a que la señal sea suficiente para calmar a los mercados y evitar una nueva corrida, en un contexto en el que las tensiones políticas y la fragilidad económica se retroalimentan.