La agroexportadora Bunge sorprendió este miércoles al redirigir un embarque de 30.000 toneladas de harina de soja argentina que tenía como destino China hacia Vietnam, en una decisión que generó atención en el sector y abrió interrogantes sobre el futuro de las exportaciones.
La compañía explicó que la modificación del destino respondió a “razones comerciales” y descartó que existan problemas de calidad en la mercadería. La aclaración buscó frenar especulaciones que surgieron en torno a un eventual rechazo de la carga por parte del mercado chino, uno de los principales compradores de derivados de la soja argentina.
China se mantiene como socio estratégico para el complejo sojero, aunque la creciente competencia internacional y los cambios en las condiciones de demanda han impulsado a las empresas a diversificar clientes. En este caso, Vietnam aparece como un destino alternativo con capacidad de absorber volúmenes significativos de proteína vegetal para alimentación animal.
El desvío ocurre en un contexto favorable para la producción agrícola argentina. La Bolsa de Comercio de Rosario proyecta una campaña 2025/26 con rindes por encima del promedio gracias a las lluvias recientes, lo que podría dar más margen a las exportadoras para reacomodar contratos y ampliar mercados.
Por el momento, ni el Gobierno nacional ni cámaras del sector hicieron comentarios oficiales sobre el movimiento, aunque analistas advierten que la decisión de Bunge podría ser una señal de mayor flexibilidad en la estrategia exportadora y de un reacomodamiento frente a la coyuntura internacional.