En una jornada clave para la estrategia energética nacional, el gobierno argentino anunció este miércoles la aprobación formal de una inversión de 217 millones de dólares para el desarrollo de un nuevo proyecto de litio en Catamarca, a cargo de la compañía australiana Galan Litio. La iniciativa fue avalada bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), una herramienta central del gobierno de Javier Milei para atraer capital extranjero y reactivar sectores estratégicos.
El proyecto aprobado se emplazará en el Salar del Hombre Muerto, una zona rica en litio ubicada en el noroeste del país. Se espera que este desarrollo contribuya de forma significativa a la producción nacional del llamado «oro blanco», insumo clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y tecnologías limpias.
Pero el anuncio no llegó solo. En paralelo, el Ejecutivo confirmó que rechazó por primera vez una solicitud presentada dentro del RIGI, en este caso, el proyecto «Mariana» de la compañía china Ganfeng. Según fuentes oficiales, el expediente fue desestimado por “no cumplir con los criterios mínimos exigidos”, sin que se brindaran mayores precisiones al respecto.
RIGI: acelerador de inversiones o punto de controversia
Desde su sanción dentro de la controvertida Ley Bases, el RIGI ha sido una de las apuestas más ambiciosas del oficialismo para destrabar grandes desembolsos de capital. Con el anuncio de hoy, el régimen ya acumula compromisos por más de 12.800 millones de dólares en sectores como minería, energía e infraestructura. Cuatro proyectos adicionales se encuentran actualmente bajo evaluación.
Sin embargo, el rechazo al plan de Ganfeng no pasó desapercibido. Algunos analistas interpretan el gesto como un mensaje hacia China en un contexto geopolítico cada vez más sensible, mientras otros lo ven como una señal de que el Gobierno busca demostrar que el RIGI no será una “puerta giratoria” sin controles.
Litio: una pieza clave en el rompecabezas económico
Argentina, junto con Bolivia y Chile, forma parte del denominado Triángulo del Litio, una región que concentra más del 60% de las reservas globales del mineral. Con esta nueva inversión, el país busca posicionarse como proveedor clave en el mercado global de energías limpias, aprovechando una demanda en crecimiento acelerado.
«Esta decisión representa un paso firme hacia el desarrollo productivo de la Argentina del futuro», señalaron desde el Ministerio de Economía, destacando el compromiso ambiental y la generación de empleo local que promete el proyecto.
Conclusión
La doble decisión del Gobierno —impulsar una inversión extranjera estratégica y rechazar otra bajo los mismos criterios— marca un momento bisagra en la implementación del RIGI. A medida que el litio se consolida como el recurso más codiciado del siglo XXI, Argentina parece decidida a jugar un rol protagónico, aunque no exento de tensiones, tanto internas como internacionales