Este viernes 25 de julio se cumplen diez años del fallecimiento de Alberto Nisman, el exfiscal federal cuya muerte, ocurrida en enero de 2015, marcó un antes y un después en la historia judicial y política argentina. A una década de aquel hecho, la figura de Nisman continúa siendo objeto de investigación, teorías encontradas y un profundo debate público.
Nisman, conocido por su denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner por supuesto encubrimiento en el atentado a la AMIA, fue encontrado sin vida en su departamento de Buenos Aires en circunstancias que aún generan polémica. Mientras la justicia ha avanzado en diversas líneas de investigación, la causa sigue abierta, y diferentes sectores mantienen posturas enfrentadas sobre si se trató de un suicidio o un homicidio.
El impacto de su muerte trascendió el ámbito judicial para instalarse en la agenda política y social del país. Su caso puso en evidencia tensiones profundas en el sistema judicial y generó movilizaciones masivas que reflejaron el pedido de justicia y transparencia por parte de amplios sectores de la sociedad.
A lo largo de estos años, nuevas pruebas, testimonios y peritajes han alimentado la controversia, pero también han abierto interrogantes sobre la independencia judicial y la protección de los funcionarios encargados de investigar casos sensibles.
El legado de Nisman, más allá de su figura polémica, sigue siendo un símbolo de la lucha contra la impunidad en uno de los episodios más dolorosos de la historia argentina: el atentado contra la AMIA, que aún espera esclarecimiento pleno.
En este décimo aniversario, la sociedad argentina vuelve a mirar hacia este caso emblemático, que no solo interpela al sistema judicial sino que también invita a reflexionar sobre la memoria, la justicia y la verdad.