Buenos Aires, 8 de septiembre de 2025. — La inflación en Argentina registró en agosto una suba del 2,0 % respecto a julio, de acuerdo con estimaciones privadas recogidas en una encuesta de Reuters. El dato, que se conocerá oficialmente en los próximos días, marca una leve aceleración frente al 1,9 % mensual de julio, pero confirma la tendencia de moderación de precios en comparación con años anteriores.
En términos interanuales, la inflación se ubicaría en torno al 33,8 %, el nivel más bajo desde mediados de 2018. Para los analistas, este resultado refleja cierta eficacia de la política monetaria y fiscal impulsada por el gobierno, aunque advierten que la estabilidad sigue siendo frágil en un contexto de volatilidad cambiaria y tensión política tras la derrota del oficialismo en las elecciones bonaerenses.
“El proceso de desinflación es real, pero no está consolidado. El riesgo es que la incertidumbre política y la presión sobre el tipo de cambio reviertan parte del avance”, explicó un economista consultado por la agencia.
El presidente Javier Milei celebró recientemente la caída de la inflación como una de las principales victorias de su gestión, pero el revés electoral en Buenos Aires ha encendido señales de alerta en los mercados. En la jornada de este lunes, la bolsa y los bonos argentinos mostraron fuertes caídas, mientras el peso volvió a depreciarse.
A pesar de los datos alentadores en términos estadísticos, la situación social sigue siendo compleja: la recesión golpea a sectores de bajos ingresos y aumenta las tensiones en el mercado laboral. Organizaciones sociales y sindicatos advirtieron que la baja inflación “no se traduce en una mejora del poder adquisitivo” debido al estancamiento salarial.
El desafío para el gobierno, coinciden analistas, será sostener el proceso de desinflación en un escenario político adverso y con señales crecientes de inestabilidad en los mercados financieros.