Buenos Aires, 23 de julio de 2025 — En medio de la montaña rusa económica que venimos viviendo, el dato del INDEC de junio trae un poco de alivio: la inflación subió un 1,6%, menos de lo que los expertos habían pronosticado, y eso ya genera un poco de optimismo.
El índice de precios aumentó apenas un poco más que en mayo (que fue 1,5%), y estuvo por debajo del 1,9% que esperaba el mercado. En el acumulado anual, la inflación bajó del 43,5% de mayo al 39,4% de junio.
¿Qué quiere decir esto?
Que, aunque la inflación sigue siendo alta y nos sigue complicando el día a día, parece que por fin se empieza a enfriar un poco. Los precios suben más despacio y eso ayuda a que podamos planificar mejor nuestros gastos.
Claro que no es para cantar victoria todavía: hay productos que siguen aumentando por encima del promedio, y eso pesa mucho en el bolsillo, sobre todo de los que menos tienen.
¿Y ahora qué?
El gobierno apuesta a que esta tendencia se mantenga, pero sabe que no depende solo de él: la evolución del dólar, las tarifas y las negociaciones salariales van a ser claves para que el alivio sea real y duradero.
Por ahora, este dato de junio nos da una señal esperanzadora en medio de tanta incertidumbre. Vamos a estar atentos a cómo sigue, porque al final, lo que importa es cómo nos afecta a nosotros, en casa.