Diplomáticos rusos en Argentina: polémica por control de alcoholemia y debate sobre inmunidad diplomática
Un incidente protagonizado por dos diplomáticos rusos en el barrio porteño de recoleta ha generado un intenso debate sobre los límites de la inmunidad diplomática. Los funcionarios se negaron a someterse a un control de alcoholemia, argumentando que su estatus como representantes oficiales les otorga protección bajo la Convención de Viena. Este episodio, ocurrido durante el mediodía del miércoles navideño, ha puesto en el centro del escenario las complejidades legales y éticas que rodean las relaciones internacionales.
La postura oficial: «Grave violación al derecho internacional»
Alexander, primer secretario de la Embajada Rusa en Argentina, defendió públicamente a sus colegas tras el incidente.En declaraciones ante los medios locales, calificó lo sucedido como una «grave violación del derecho internacional», haciendo énfasis en las disposiciones sobre inmunidades diplomáticas establecidas por la Convención de Viena.
Según alexander, cualquier intento por parte de las autoridades argentinas para realizar controles o procedimientos legales contra personal diplomático constituye una transgresión directa a los acuerdos internacionales vigentes. A pesar del revuelo mediático y social generado por este caso, ambos funcionarios ingresaron nuevamente al recinto diplomático con un acta infracción emitida debido a su negativa al test.
¿Qué establece realmente la Convención de Viena?
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, firmada en 1961 y ratificada por numerosos países alrededor del mundo —incluyendo argentina— regula los privilegios e inmunidades otorgados al personal diplomático para garantizar su desempeño sin interferencias indebidas.
El artículo 31 es clave para entender este caso: otorga inmunidad penal y administrativa a los agentes diplomáticos frente a medidas coercitivas como controles policiales o procedimientos judiciales.Esto incluye negarse legalmente a someterse a pruebas como un control de alcoholemia. Sin embargo, esta protección no es absoluta; según el artículo 41 del mismo tratado, quienes gozan estos privilegios deben respetar las leyes locales del país anfitrión.Por otro lado, respecto al uso vehicular oficial perteneciente a misiones extranjeras —como automóviles registrados bajo embajadas— el artículo 22 señala que estos bienes están exentos tanto de registros como requisiciones o embargos administrativos.
Un dilema entre derechos e integridad pública
Este tipo particular conflicto pone sobre la mesa preguntas fundamentales acerca balance entre respeto mutuo soberanía nacional versus cumplimiento normativas internas seguridad ciudadana cotidiana .